Entre las 7 de la tarde y las 11 de la noche del domingo los teléfonos de la plataforma de llamadas de Psya empiezan a echar humo. Ante la irremediable llegada del lunes, es cuando registran su pico de llamadas. A un lado de la línea, ciudadanos de a pie con crisis de angustia o de ansiedad. Al otro, un grupo de psicólogos trata de calmar a un rebaño que teme tanto al lobo que incluso algunos piensan en poner fin a sus días antes que ser devorados por el enemigo.
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/02/01/economia/1328086218.html